Adán Ángel / Agosto 2025
¿Te has preguntado por qué algunas empresas integran la inteligencia artificial en su ADN y otras se quedan en etapas de experimentación? La diferencia no está en la suerte ni en tener los mejores ingenieros: todo radica en cómo decides empezar y el tipo de cultura que promueves.
Pensar en IA como un portafolio, no como un boleto de lotería
El error clásico es poner todos los recursos, atención y expectativas en un solo gran proyecto con IA. Si falla, la decepción es tan grande que mucha gente prefiere abandonar la tecnología. En realidad, el enfoque que funciona —y que han seguido los equipos que lideran la ola de IA, como Anthropic— es construir un portafolio de proyectos.
- Algunas apuestas generan aprendizaje tangible y resultados concretos en semanas.
- Otras transforman, a largo plazo, la operación y la cultura organizacional.
Prioriza proyectos que generen momentum y aprendizaje
El objetivo de los primeros pasos no es impresionar a la directiva, sino construir capacidades, desmitificar la tecnología y aprender ejecutando. Los equipos líderes apuestan por casos de uso que sean visibles, útiles y de bajo riesgo:
- Un asistente que mejora la productividad de trabajo diario.
- Un algoritmo que automatiza tareas repetitivas, ahorrando tiempo y errores.
Estos quick wins no son solo para celebrar; sirven como campo de entrenamiento, igual que los primeros productos internos que Anthropic desarrolló antes de lanzar públicamente Claude Code. El foco está en que el equipo viva el proceso, aprenda sobre recolección y uso de datos, y entienda las potencialidades reales de la IA desde dentro.
Transformación profunda: cuando la IA reinventa procesos
Los verdaderos cambios vienen de proyectos de mayor calado. Como cuando una aseguradora automatiza la revisión y procesamiento de reclamaciones a partir de datos, imágenes y patrones históricos. No se trata de hacer “lo mismo, pero un poco mejor”, sino de repensar todo el flujo de trabajo, igual que ocurre en el diseño de sistemas avanzados de lenguaje tipo GPT-4 o Claude, donde descubrir y explotar las “leyes de escalado” puede cambiar el juego por completo.
La cultura: el ingrediente que Google, OpenAI y Anthropic entendieron
Las empresas pioneras no buscan un éxito rápido ni exigen retornos inmediatos. Fomentan un ecosistema donde todos los equipos aplican IA en algo, sin miedo al error. Así, como relata Tom Brown, el aprendizaje, la experimentación constante y la formación de capacidades internas terminan construyendo una base potente —igual que con Claude Code—, que después lleva a productos y procesos altamente diferenciados.
Cómo empezar hoy: pon las apuestas variadas sobre la mesa
Haz el siguiente ejercicio con tu equipo:
- Enumera todos los procesos o áreas donde la IA podría aportar algo, sin juzgar la viabilidad de inicio.
- Pregúntate: ¿Qué experimentos o pequeños pilotos pueden arrancar en los próximos seis meses?
- ¿Qué iniciativas ambiciosas requieren mayor maduración, pero pueden transformar el negocio a futuro?
Así, tu empresa irá construyendo una capacidad organizacional genuina, generando momentum y escalando hacia iniciativas cada vez más retadoras.
En resumen: La IA no se adopta con un único gran golpe. Se construye, proyecto a proyecto, apostando a la diversidad de aprendizajes y nunca perdiendo el foco en la evolución cultural. De ese modo, los errores se convierten en semillas de innovación y cada avance suma poder real e integrado en tu negocio.
¿Listo para dejar de ver la IA como un proyecto aislado y comenzar a construir capacidades de verdad?